Cualquiera que haya seguido el pulso de la fotografía española o se haya interesado por su historia reciente, habrá dado con el nombre de Leopoldo Pomés porque este fotógrafo autodidacta que se convirtió a finales de los años cincuenta un creador innovador en el campo de la publicidad, en la España del «desarrollismo» no sólo destacó en su profesión sino que logró cierto protagonismo social.
Desde hace algún tiempo, cuando su carrera pertenece ya más al pasado que al presente, su producción está recibiendo el reconocimiento en forma de abundantes exposiciones y publicaciones (ver el monográfico gratuito Impresiones) la última de aquellas, la antológica Leopoldo Pomés. Flashback que La Pedrera de Barcelona ofrece hasta el 12 de julio, en la misma sala donde esta institución ya dedicó antológicas a grandes referentes visuales como Català-Roca (2011) , Chema Madoz (2013) o Colita (2014).
La muestra, comisariada por Julià Guillamon, presenta 148 fotografías (muchas de ellas inéditas para el gran público), más de medio centenar de spots publicitarios y documentación gráfica diversa, que ofrece una retrospectiva completa del trabajo de Pomés: desde sus inicios vinculados al grupo Dau al Siete hasta la actualidad, los proyectos para libros de fotografía, la creación y producción de filmets y spots publicitarios, su breve incursión en el cine, la realización de vídeos documentales, los proyectos empresariales en el campo de la restauración y su contundente fotografía.
Leopoldo Pomés (Barcelona, 1931) es uno de los nombres indiscutibles de la fotografía contemporánea catalana de la segunda mitad del siglo XX. Fotógrafo, publicista, cineasta, dibujante, poeta, empresario y gastrónomo, Pomés ha mostrado a lo largo de su dilatada carrera una pasión constante por la imagen.
