Santos Yubero, gran fotógrafo, gran exposición

Para ver es necesario mirar, para descubrir las maravillas guardadas en los archivos fotográficos es necesario estudiarlos y, sobre todo, conservarlos para librarlos del olvido y la destrucción que, desgraciadamente, ha acabado con muchos de ellos. No es el caso del magnífico archivo de Martín Santos Yubero que, gracias a la donación de su viuda y su hija, descansa hoy en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.

Precisamente la Comunidad de Madrid acaba de inaugurar en su sala de Alcalá 31 una extraordinaria muestra, Santos Yubero. Crónica gráfica de medio siglo de vida española 1925-1975, que ha sido ha sido comisariada por el fotohistoriador Publio López Mondéjar y ofrece al público 160 fotografías además de un audiovisual y material de época tal como cámaras fotográficas y publicaciones en las que Santos Yuvero (Madrid, 1903-1994) publicó su obra.

La exposición tiene un interés histórico innegable pero sirve también para descubrir a un sólido fotógrafo capaz de componer magníficas escenas. Dividida en dos ámbitos, España entre dos dictaduras y los días del franquismo, la muestra proyecta una mirada sobre la España oficial de las distintas épocas pero también se detiene en mostrarnos el paisanaje de una España campechana y pobre que se divertía en verbenas, pedía y trabajaba en las calles y moría y mataba en la guerra. Como buen fotorreportero Santos Yubero y sus ayudantes salían a la calle y hacían contacto visual directo con sus sujetos que posaban en la mayor parte de las ocasiones para la cámara mostrando la alegría, el dolor y la pena.  En sus fotografías encontramos, como en un espejo, el reflejo fidedigno de la vida cotidiana de Madrid, el bullicioso enjambre popular de sus espacios públicos, el mundo de la política, la cultura, la farándula, el deporte y el espectáculo psicalíptico; la vida de sus cafés y Ateneos, la huella de la menesterosidad, la represión multiplicada en las cárceles de la guerra y la posguerra, el mundo taurino, que tan magistralmente supo captar el fotógrafo.

Santos Yubero fue un notable miembro de la segunda generación de grandes reporteros gráficos madrileños, integrada por figuras de la talla de Alfonso (hijo), Vilaseca, Cortés o Marínentre otros. Por la naturaleza de su trabajo, Santos Yubero registró con sus cámaras miles de escenas de la vida cotidiana de  Madrid. Hoy su archivo con medio millón de fotografías forman parte del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid que en los últimos años está apostando por la recuperación del patrimonio fotográfico a veces, como en este caso, ayudada por la donación de particulares dispuestos a compartir generosamente su patrimonio icónico.

La exposición queda reflejada en un catálogo editado por Lunwerg Editores con la calidad que caracteriza sus publicaciones. En él se recoge la totalidad de las fotografías expuestas, índices cronológicos y onomásticos y un texto del comisario, Publio López Mondéjar.

La exposición estará abierta al público en Madrid hasta el 16 de enero y posteriormente está prevista su itinerancia por diferentes ciudades españolas con el patrocinio de la Fundación Axa.

Biografía

Martín Santos Yubero nació en Madrid, en 1903. Sus primeros reportajes, le sirvieron para que Delgado Barreto, entonces director de La Nación, le llamase para formar parte de la redacción. Colaboró en medios de distinta tendencia ideológica, desde Ahora, hasta ABC, Estampa, La Tierra, Ya o el diario Luz, que entonces dirigía Corpus Barga.

En 1933, se unió al recién creado Diario de Madrid. En aquel mismo año comenzó a combinar el uso de su cámara de gran formato, con una Contax de 35 mm. En 1935, Vicente Gállego le llamó para hacerse cargo del servicio gráfico del diario Ya. Cuando se inició la Guerra Civil, el diario Ya fue incautado y volvió a sus viejas cámaras de placas, con las que trabajó durante los años de la contienda, en sociedad con los hermanos Benítez Casaux.

Con ellos creó una agencia gráfica que enviaba sus fotografías a La Voz, La Libertad, Crónica y al diario ABC Republicano. Concluida la Guerra Civil, volvió a su antiguo trabajo en el diario Ya.

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