Sorolla y la fotografía, una exposición y la recuperación de su archivo ponen su imagen al alcance del público

Durante unos cuantos días se va a hablar del Museo Sorolla, no por la genial pintura del maestro valenciano, sino por la fotografía y por partida doble. Por un lado, el Museo Sorolla ha presentado los resultados del proyecto de catalogación de su fondo fotográfico que contiene 6.608 imágenes antiguas que van a se accesibles a través de la web del museo desde finales del próximo mes de junio.

La colección, formada por un conjunto de positivos antiguos, una serie de placas de vidrio y rollos de material flexible, proviene de fondos reunidos por el propio Joaquín Sorolla (1863-1923), que forman el núcleo más numeroso de la colección; fondos aportados por su hijo entre los años 1931 y 1948, consistentes en retratos de amigos y algunas actividades y panorámicas del museo; fondos posteriores a esa fecha de las salas del museo y de la rehabilitación y obras de la Casa Sorolla; y algunas donaciones y recuperaciones de otras imágenes en distintos archivos.

La catalogación comenzó en el año 2001, gracias a la financiación de la Fundación Museo Sorolla, a través del programa informático Sistema de Documentación y Gestión Museográfica (DOMUS), implantado en los museos dependientes de la Subdirección General de Museos Estatales de España. Sin embargo, la Fundación Barrié ha sido la encargada de financiar la última etapa del proyecto, gracias a un convenio firmado con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la Fundación Museo Sorolla.

Sorolla fue desde joven un personaje y fruto de su popularidad se prodigó ante las cámaras de los fotografos. Entre los fotógrafos con los que se relacionó estuvo el propio suegro de Sorolla, Antonio García Peris, que dio trabajo en su estudio al artista y despertó su interés por la fotografía. Además, Sorolla fue retratado por fotógrafos como Christian Franzen y Nissen, Campúa, Diego González Ragel, Venancio Gombau, Aurelio P. Rioja de Pablo, Sabastián Cruset o Anna Christan.

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Pedro más allá de las fotografía en las que el pintor aparece como sujeto, la colección reune también las fotografías que Sorolla recopiló antes de viajar por toda España para documentarse, entre otras cosas, sobre la vida cotidiana en ciertas regiones; y también las que recibió como regalo, por ejemplo, las de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, realizadas por Káulak.

Pero como decía, hay un segundo motivo para hablar de Sorolla y fotografía. El próximo día 7 se va a inaugurar en su museo la exposición Sorolla en su paraíso. Una visión fotográfica de Joaquín Sorolla, una muestra comisariada por el experto y prolífico Publio López Mondejar. La muestra pretende ofrecer un retrato fotográfico de Joaquín Sorolla y de su universo creativo y personal.

Dada su condición de gran artista y gloria nacional, Sorolla fue siempre objetivo de los fotógrafos, algunos de ellos miembros de su círculo familiar y afectivo que le retrataron en plena faena, en los ámbitos familiares y en los lances más relevantes de su vida. De alguna manera, esta exposición muestra también la revolución experimentada en el campo del retrato y del reportaje fotográfico español, en el tránsito del siglo XIX al XX.

En palabras de López Mondejar, esta exposición es “un monumento iconográfico de inapreciable valor que nos acerca a la imagen íntima y pública de este hombre sencillo y acogedor de menguada estatura que se convertía en gigante cuando cogía los pinceles”.

Sorolla y la fotografía, exposición

1 COMENTARIO

  1. Esas tomas en blanco y negro se ven tan limpias en alta resolución, que me pregunto si luego del original han pasado para la edición por algún software. De igual forma no quita el valor de haber capturado la imagen tan precisamente.

    Ahora entiendo la elegancia de una toma a color, pero también de la misma manera saber apreciar o captar con el ojo humano la belleza del blanco y negro en una imagen.

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